Un día te encuentras en el cine anhelando poder tener diseñadores como Edna Moda (Los Increíbles) o Cruella de Vil (101 Dálmatas) en la vida real, y al otro, ves como en las pasarelas se lanzan pequeños guiños que referencian las ideas de estos personajes. De repente deja de ser una posibilidad inexistente, los diseñadores nos presentan los avances que se están generando para que podamos vestir con materiales que interactúan con otros elementos. En algunos casos, la producción de esta nueva realidad, se aparta del concepto fantasioso para convertirse en una alternativa útil para los consumidores.
A nuestra familia le hubiera encantado que al crecer la ropa que usábamos pudiera estirarse. No solo por eliminar el gasto que implica cambiar de tallas, sino por la cantidad de desperdicios que se generan y los miles de litros de agua que se consumen cada vez que una nueva prenda sale a la venta.
Por suerte para la generación que sigue en sus primeros años de vida, diseñadores como Ryan Mario Yasin ya tienen a la venta prendas que pueden aumentar hasta 7 tallas, desde los 9 meses a los 4 años. La marca conocida como Petit Pli está fabricada con un material llamado RipStop y aunque inició con ropa para niños, hoy podemos encontrar en su página web una colección para adultos y atuendos aptos para todas las etapas del embarazo.

Por supuesto, las técnicas usadas recientemente no solo hablan de la posibilidad de mejorar nuestros hábitos de consumo, también son una forma de entretener en pasarela y mostrarnos cuáles pueden ser las tendencias que reinarán en los próximos años. Estéticas como el Barbie Core y el Cartoon Core nos han devuelto la ilusión de vernos como nuestros personajes favoritos; combinar prendas de tamaños desproporcionados y sin un sentido claro con las que encuentras en cualquier tienda.
Un hombre llamado Kabouni se ha hecho viral por reproducir las botas rojas, similares al pie de una caricatura, de la marca MSCHF en una impresora 3D. Su resultado tardó casi 25 días y tuvo que utilizar un material más flexible, parecido al plástico e ideal para calzado llamado poliuretano termoplástico (TPU). Hemos visto la evolución de la impresión 3D en ropa y accesorios desde 2014 gracias a la diseñadora israelí Danit Peleg, creadora de la primera colección de ropa en impresión 3D e inspiración para recrear atuendos sin gastar cientos de dólares en ello.

El interés que tienen las marcas por crear un ambiente más teatral, llamar la atención hacia una problemática o solo publicitar sus shows data de finales del siglo XlX, en el que diseñadores como Alexander Mcqueen finalizaban sus pasarelas con un momento que causaría impacto. Teniendo en cuenta lo anterior, el uso del fuego era algo que solo había podido deslumbrarnos en filmes como Los Juegos del Hambre gracias al papel de Lenny kravitz como Cinna, el estilista que lograba hacer uso del fuego como un elemento extra en los atuendos del distrito 12.

Comenzamos a ver referencias similares en 2021. Como proyecto final, el diseñador independiente Sam Mercer usó fuego en la falda de su modelo para visualizar el martirio de las religiones. Ese mismo año, también como colección final de graduación, Hunter McFarlane incendió su diseño como homenaje a las protestas de los bomberos en París del 2020.
Hace poco, los ojos se centraron en la firma Heliot Emil, cuando presentó a su último modelo en llamas para la semana de la moda de París. Cada uno de estos intentos fueron monitoreados debido al daño que aún puede generar si el fuego se expande. Sin duda es una forma de mostrarle al público el trabajo que se está realizando para minimizar el riesgo en un futuro.

Este no es el único efecto que se ha viralizado en los últimos meses. Anrealage es la marca que empleó barras de luz ultravioleta en su último desfile gracias a patrones fotocromáticos que iban revelando todo tipo de colores una vez se exponían ante los trajes blancos y nude de los modelos.
Una apuesta muy inteligente si lo que buscas es asistir a eventos en el día y la noche, luciendo un aire diferente sin necesidad de ir a casa a cambiar de atuendo.

El ingenio para materializar cada uno de estos diseños no sería posible sin el conocimiento de otras áreas. En el caso de Cameron Hughes, sus habilidades para la ingeniería le ayudan a proyectar la moda al siguiente nivel desde que sus videos se popularizaron en TikTok y vimos a la modelo Gigi Hadid con una de sus faldas en el programa Next In Fashion de la plataforma Netflix.
Hablamos de ropa en movimiento, piezas construidas con cierto grado de dificultad, y tal como lo mencionamos anteriormente, incorporando teatralidad e incluso alusiones políticas. Un vestido morado que respira hecho de plumas que suben y bajan, una falda que gira para cambiar de color o que imprime la palabra “VOTE” para promover esta práctica, son solo algunos ejemplos de las invenciones futuristas que seguramente seguiremos viendo en la industria.

Vivimos en un mundo que quiere sorprenderse a cada instante con las propuestas que la moda puede ofrecer. Las personas buscan hacerse virales y manifestar sus creencias por medio de la ropa.
El desarrollo tecnológico y científico trabaja cada vez más de la mano con los diseñadores. Vestir es una revolución que impide que dejemos de mirar, que ya no se basa en la elegancia ni en las clases sociales, sino en un arte que interactúa con el cliente y su alrededor, que va en aumento y no pretende detenerse.